
Todos hemos vivido ese onboarding donde:
📩 Te llega un correo genérico,
💻 Te dan acceso a 14 herramientas,
🤷♀️ Nadie te explica cómo pedir vacaciones,
🤐 Y pasas tu primer almuerzo solo frente a una ensalada triste.
Pero también existen esos primeros días mágicos donde piensas: ✨ “Acá me quieren. Acá quiero quedarme.”
Entonces, ¿qué diferencia a un onboarding funcional de uno inolvidable?
🎯 1. Empieza antes del “día 1”
El onboarding empieza desde que aceptas la oferta.
✅ Un mensaje personalizado
✅ Una guía clara de lo que viene
✅ Una bienvenida cálida (¡sí, un simple “nos alegra que te sumes” ya suma!)
💡 Bonus: Incluir una pequeña sorpresa física o digital puede generar un efecto emocional muy potente.
👥 2. Conecta con personas reales, no solo con procesos
La gente no se enamora del manual de bienvenida. Se enamora del equipo.
✅ Agenda reuniones informales con personas clave
✅ Asigna un buddy (sí, ¡funciona!)
✅ Crea espacios para charlar de cosas que no están en Notion
💡 Tip: que la primera reunión no sea con RRHH, sino con alguien que ame la cultura de la empresa.
🧩 3. Aterrizaje suave + desafíos reales
Ni aburrido, ni un tsunami de tareas.
📌 Balancea:
✅ Información útil + contexto cultural
✅ Acceso a herramientas + primeros mini-proyectos
✅ Tiempo para observar + oportunidades de aportar
💡 Dato: Los primeros 30 días definen el engagement del 70% de los nuevos colaboradores.
🧠 4. Cultura en acción, no en slogans
¿Dices que valoras la empatía? Muéstrala. ¿Promueves la autonomía? Demúestralo.
📌 El onboarding es el momento donde la cultura pasa del cartel a la experiencia real.
🚀 Conclusión: El onboarding es tu primer acto de liderazgo
📢 No lo subestimes. Un buen onboarding no solo enseña:
✅ Conecta
✅ Activa
✅ Enamora
🌟 ¿Recuerdas tu mejor (o peor 😅) onboarding?